Por supuesto que jamás hubiera asistido a la entrega del premio “Pedro Henríquez Ureña” al apóstata Mario Vargas Llosa. Sin embargo, las imágenes gráficas, al menos, reivindican algo la dignidad dominicana.
Quiero que los lectores observen el rostro de este escritor, hoy denunciado como un plagiador profesional, en la entrega del Nobel de Literatura, del Cervantes y del premio Carlos Fuentes.
Su rostro, de divo super feliz en tabloides, no es el mismo que muestra al recibir el premio “Pedro Henríquez Ureña”.
Detalles: el presidente Danilo Medina (que tiene una participación en la ONU dentro de dos días) se fue hoy para no estar junto a Vargas Llosa. El actual ministro de Cultura dejó que el infame Luis Brea Franco (artífice real del premio a Vargas Llosa) y el (inicialmente opuesto a la adjudicación del premio y luego cómplice por aceptación), sean sacrificados como corderos destinados a los dioses.
Pienso que estas señales, y las expresiones de los rostros, son mensajes claros de que ni un premio nobel puede venir a humillar a este país.
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