Acabo de cambiar la portada de me página en FB. Hice un
comentario sobre ella y un tal Nivangio Zurc intentó insultarme. Por supuesto
que le contesté inmediatamente. ¡Soy mocano y a nadie temo! Además, insultos y
amenazas no suelo tolerar tampoco a nadie. He aquí aquel asunto:
Giovanny Cruz:
Algunos de los mis 72 personajes. 1: "Andrómaca"
(de Iván García), 2: "Quíntuples" (de Luis Rafael Sánchez), 3:
"Marat-Sade" (de Peter Weiss) y 4: "De color de la noche"
(Agliberto Meléndez)
Nivangio Zurc:
¿Acaso soy yo uno de esos 72?
Giovanny Cruz:
Mire, Nivangio, usted no tiene esa categoría. Usted sólo
tiene condición de espejo.
Nivangio Zurc:
Si así es, imagino entonces, que aparezco agazapado por las
noches como imagen inesperada y, quizás, no deseada, dado el hecho de que los
años se te vienen encima.
Giovanny Cruz:
Habla, no sin un amargo dejo de ironía, de mis años. ¿Acaso
es usted eterno y se ha quedado congelado en el inescrutable glacial del
tiempo?
Nivangio Zurc:
No, señor. ¿Cómo podría yo que según usted apenas existo al
revés detrás de sus espejos? Así visto no soy, entonces, del semiodiodato que
usted en su jactancia ha proclamado.
Giovanny Cruz:
¿Jactancia dice usted? ¿Me acusa de eso, caro
"señor" de sólo imágenes? Ja. Si pretendió insultarme con ese término
que inventa de "semidiodato", no lo ha logrado. Más aún: al final me
ha formulado un reconocimiento. Desde luego que no voy a agradecérselo porque
los méritos conquistados, y que otros te descubren, no se agradecen.
Nivangio Zurc:
¡Cuídate, supuesto amigo. Y nunca olvide aquellas palabras
que solía decir un esclavo griego al triunfador romano para evitar que este se
envaneciera con su éxito: "¡Cuídate de no caer!". Y esta otra:
"¡Eres humano!". Perdón, voy a borrar esta última alocución porque
acabo de recordar que eres "divino". Ja.
Giovanny Cruz:
¡Vuelve usted, Nivangio, a intentar burlarse de mí! Estoy
asombrado. Corre usted, entonces, mucho peligro. Porque como
"divino", puedo hacer un acto milagrero y desaparecerlo ahora mismo.
Suficiente me sería con apagar el bombillo de mi cuarto y usted dejaría de
existir, al menos por esta noche.
Nivangio Zurc:
Risa me produce usted. No olvide que Lorca proclamó en su
"Bernarda Alba", que por darle la espalda al mar no dejaremos de
escuchar sus olas. Además, usted sabe lo que le ocurrió a Pirandello: se puso a
atentar contra su creación y salieron seis personajes a buscarlo con muy malas
intenciones.
Giovanny Cruz:
¿Ahora me amenaza? ¡La Criatura se revela contra Yucahú! Si
quisiera, rayos de mis dedos saldrían para fulminarlo. Pero, como todo dios,
estoy obligado a ser magnánimo. So pena de desacreditar los Cielos con mi ira.
Para eso, precisamente, he creado al diablo. De otros Creadores he aprendido
que él es (el diablo) un señor que está ahí para hacer las cosas de dudosa
reputación que la Divinidad no puede refrendar. Así las cosas, ese es su papel
en esta vida, Nivangio. Y ahora... ¡Cállese! Volveremos a conversar... y a
insultarnos. Pero ahora tengo que tirarle el imperativo... ¡Telón!
2 comentarios:
Nunca olvido un día que te dije en la Sala d la Cultura del TN, que si Nivangio era húngaro y tú, aguantando la risa y evitando burlarte de tu novata alumna, me respodiste: Ehhhhh, ah, claro, claro.
Me sentí feliz de haber acertado pues quería conocer a ese mago de la producción teatral que imaginaba con pelo largo, muy rubio, chancletas y blusón; por supuesto delgado y vegetariano.
Tardaron muchos años en darme cuenta de la "verdadera" verdad y el disfrute por la ficción se me hizo mayor.
Confiezo que una rara sensacion de haber sido burlada, persiste.
-Nivangio, creo te has atrevido demasiado, tu osadía rompe todos los parámetros del espejismo. Te garantizó que vas a tener problemas.Si tienes alguna duda de esto, solo debes mirar el adusto rostro y la fría y llameante mirada del semidiós, ya te veo en pedacitos esparcidos por el suelo recordando por partes tu falsa imagen. EPD Nivangio.
Por otro lado, con todo el respeto, señor don semidiós, el desafortunado, atrevido, insolente, malagradecido y estúpido espejo, es, sin embargo digno de su magnanimidad y conmiseración, aun culpable de imperdonable desliz.
Porque? No soy quien para enmendar su plana, pero, pienso que usted, semidiós al fin, debe ser semiinfinitamente agradecido y recordar el montón de veces que, en el transcurso de su ya larga existencia, ese mismo espejo, lo ayudó a reflejar las cosas, las situaciones, las explosiones temperamentales, que usted no podía reflejar como semidiós. ¿Me equivoco? Estoy seguro que no. Amonestelo severamente, pero no lo destruya, mantengalo, si le parece, como un mal necesario.
Con sentimiento de alta estima y consideración,
atentamente,
SSS
Ynnohj Aicrag
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